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Ensayo: Mis malas palabras

He tomado la decisión, desde hace algunos años ya, de eliminar por completo los vocablos, palabras y conceptos que me estorban. Hay conexiones neuronales en mi cerebro que se formaron desde hace mucho tiempo, que tienen un camino bien establecido y definido, pero que me he propuesto dejarlos de activar, esperando que se desvanezcan, como letras escritas en arena. 

Mi estrategia es reemplazar esas palabras-conceptos en los que ya no creo, los cuales me parecen incorrectos de acuerdo a mi situación y al contexto histórico en el que vivimos. Me propuse reprogramar mi configuración neurocognitiva siguiendo los siguientes pasos:

  1. Identificar cada vez que mi subconsciente reacciona ante algún estímulo que me hizo llegar a ese concepto. Por ejemplo, alguien dice algo que me parece absurdo y mi primer reacción es decir '¡dios mío!'.

  2. Explorar la razón por la cual mi estado consciente activó a esa red neuronal donde ese concepto se hizo consciente. En este caso, tengo muy arraigada la costumbre de utilizar esta frase para denotar sorpresa, viene automática, y la digo muchas veces sin pensar. 

  3. Aceptar que estoy en el proceso de reprogramar mi red neurocognitiva justo en el instante en el que reconozco mi 'error'. Una vez que lo hago consciente, decido si tomo acción en ese momento o no. Hay veces que el subconsciente accede a esa red como respuesta automática, pero cuando se está queriendo eliminar, es necesario negar conscientemente la utilización de esa respuesta en tu estado consciente.

  4. En algunas ocasiones, una vez que la palabra-concepto está identificada, se puede tener un plan de acción en el cual se reemplace automáticamente por una nueva palabra-concepto. Por ejemplo, he decidido reemplazar el '¡dios mío!' con alguna otra expresión que denote lo que necesite manifestar..

  5. Es de suma importancia repetir estos pasos hasta que la palabra-concepto ya no sea utilizada, o cuando se logre reemplazarla completamente. 

Estoy consciente de que es un proceso que va a durar años, y que mientras más arraigado esté ese concepto, más tiempo me tomará. Sin embargo, estos son conceptos que frenan mi desarrollo personal, lo cual me obliga a eliminarlos, a manera de estrategia básica para cumplir mis propósitos. Son como piedras que estoy cargando que sólo hacen mi camino más pesado.

Expongo a continuación los conceptos en los que me he estado enfocando en los últimos años:

Destino. La palabra por sí sola indica que hay una fuerza externa, desconocida y mística que se encarga que todos los eventos del universo sucedan. Creer en esta fuerza le da permiso al ser humano de no hacerse responsable de su propia vida, sus propias acciones, su manera de reaccionar a ellas, y evadir la planeación de su propia existencia. Decidí rehusarme a creer que algo más dominaba mi vida, algo que no fuera yo. El destino no existe, y no tengo porqué utilizarlo como herramienta para explicar nada que esté relacionado a mí, con la obvia excepción de aclarar porqué he decidido eliminarle. 

Suerte. Los eventos del cosmos no tienen una moralidad definida, ni en su generación, ni en las consecuencias que de ellos resulten. Si un árbol se cae sobre un carro estacionado, no quiere decir que el dueño del carro tiene 'mala suerte'. Es tan sencillo como entender que los acontecimientos tienen una razón anterior que no está relacionada de ninguna manera con la forma en la que afecta o provoca alguna acción posterior. Si el árbol se cayó puede ser porque ya era un árbol viejo, hubo una tormenta fuerte, las raíces no estaban lo suficientemente afianzadas al suelo, o un millón de razones más que no podríamos llegar a comprender por nuestras mismas limitaciones cognitivas. Si alguien se ganó la lotería no quiere decir que tiene 'buena suerte', sino que compró un boleto que tenía los números ganadores que coinciden con los que esa persona eligió o fue elegida por ella/él. Es estadística, probabilidad y coincidencia. Son fenómenos estudiados matemáticamente que nos han ayudado a comprender nuestro entorno, y negar este conocimiento es simplemente querer permanecer en la ignorancia. Creer en la suerte vuelve al mismo punto de aceptar la falta de control que tiene el ser humano sobre su propia vida, y la manera en la que decide dejar de interactuar con las causas y los efectos de sus propias decisiones.

Magia. El concepto trae dentro de sí un misticismo que es sólo consecuencia del desconocimiento de la ciencia y la manera con la que nos hemos explicado los fenómenos que suceden a nuestro alrededor. Como humanidad, hemos llegado a tal punto del avance del conocimiento científico que somos capaces de reconocer que, lo que ignoramos ahora no es por atribución a alguna 'fuerza superior', sino que el conocimiento científico es resultado de trabajo, de tiempo y de esfuerzo; y que, si no hemos llegado a esclarecer todos los fenómenos, no tenemos por qué irnos directamente a explicaciones sobrenaturales, sino que no hemos llegado al punto donde se pueda desarrollar ese conocimiento (ya sea por falta de herramientas, o por falta de personas que se dediquen a hacerlo). 

Ojalá. Esta es una palabra que tiene un origen etimológico árabe que significa ‘quiera dios’. Esto quiere decir que el poder de la acción, cualquiera que sea, recae en ese dios. Al utilizar esta palabra, se vuelve a hacer un tipo de alusión al hecho de que el ser humano no es quien decide su propio camino, sino que alguien o algo más ya lo decidió por él. Volvemos a la negación de que cada persona es responsable de hacer que las cosas sucedan para sí mismas, y la vida de cada persona es sólo una decisión de una fuerza superior que, en el mejor de los casos, escucha algún tipo de oraciones (ignorando muchas otras).

Fe. Este concepto sigue estando ligado a la creencia sin fundamentos ni pruebas de algún tipo de fuerza superior. Tener fe involucra en creer ciegamente en algo que no hay manera de comprobar, que es fundamentalmente inexistente, y cuya creación como concepto – y perfeccionamiento de este mismo concepto– ha logrado que los seres humanos sean reducidos a criaturas que tienen la certeza de su imposibilidad de tomar acciones sobre sus propias vidas. Esta creencia es lo que permite que los seres humanos perciban su entorno como consecuencia de decisiones que esta fuerza superior ha tomado, cuando muchas veces el entorno y el medio ambiente es provocado por personas con acceso al poder que se aprovechan de esta creencia, logrando que las personas oprimidas continúen así por todo el tiempo que se pueda. He decidido reemplazar la frase 'tengo fe' por 'puedo imaginar una realidad donde eso suceda'. 

dios. Al referirme a este concepto, lo hago hacia el dios de las religiones abrahámicas, debido a que yo fui educada como católica. El concepto que busco eliminar es el del dios omnipotente, omnipresente, omnisciente y eterno. Ninguna de estas atribuciones hace ningún sentido. Este concepto le permite al ser humano excusarse de las decisiones que debe de tomar, dejando que ese ser sea quien determine, disponga, decrete, sentencie, dictamine y resuelva todos los eventos que suceden en todo el tiempo y el espacio. Claramente estas atribuciones fueron creadas desde las limitaciones humanas que nuestro estado consciente nos permite, y reduce al hombre a un ente que depende directamente de este dios. Esta visión limitada de la vida y de la existencia del ser humano es la misma barrera cognitiva que premia la ignorancia, que obliga a no hacerse más preguntas que las que la religión y ese dios mismo permite, y que mantiene al ser humano encasillado aún más de lo que nuestra naturaleza física y biológica nos obliga. 

Alma/Espíritu. Estos conceptos se utilizan para explicar una entidad inmaterial que es inherente de todos los seres vivos. Sin embargo, gracias a los conocimientos que tenemos de ciencia hasta hoy, específicamente de neurociencia, podemos entender cómo funciona el cerebro humano a tal grado que ya no es necesario referirnos a un 'alma'. Nuestro cerebro es quien rige las acciones del ser vivo, y cuando el ser muere, el cerebro deja de mandar y recibir las señales que hacen que ese ser tenga la característica reacción ante los estímulos externos, lo que es fundamental para algo que se defina como 'ser vivo'. Es un error atribuirle la esencia de la vida a un concepto arcaico que nunca se explicó con bases científicas. He decidido reemplazar este concepto con el de 'estado consciente', donde se hace referencia a la condición de ser vivo que le permite recibir toda la información del exterior (por medio de los sentidos), procesar esta información haciendo relación con los patrones que se han observado y se han guardado en la memoria a lo largo de su vida, y se dé una respuesta al estímulo externo. 

El fin último del cerebro (el órgano que rige todas nuestras acciones y reacciones) es simplemente no morir, seguir viviendo la mayor cantidad de tiempo posible. La creación del concepto de 'alma' está directamente ligado a la creencia de una vida después de la muerte. Es una ejemplificación directa de esta necesidad que tiene el cerebro de evitar su muerte, a pesar de tener plena conciencia de que es lo único seguro que tiene en su futuro. En las religiones abrahámicas, la creencia de una vida póstuma es la condicionante más importante para la vida humana consciente, donde se tiene la creencia de un 'cielo' o un 'infierno', y donde todas las consecuencias de las acciones e incluso pensamientos que se hicieron en vida se verán finalmente reflejadas. Esta creencia es completamente aprendida, y es fácil de adoptar cuando es justamente lo que el cerebro espera hacer: no morir. Sin embargo, al aceptar mi propia muerte sin la existencia de una vida después, experimenté una liberación que me permitió vivir mi vida de la manera que yo quisiera. Esa emancipación es la que me llevó a dejar de vivir con miedo, y aceptar el único aspecto de mi vida que tengo 100% seguro: la desaparición de mi estado consciente.


Es claro que no es posible borrar un concepto de la mente humana simplemente con quererlo, pero mi propósito final es dejar de tomar estas palabras como parte de quien soy, para seguir en mi camino hacia un ser más libre que es realmente responsable de su propia existencia. Al deshacernos de conceptos que nos unen a creencias que no están fundamentadas en la ciencia, logramos tener una visión de la realidad basada en la verdad, en vez de que esté basada en lo desconocido explicado con tanteos que provocan miedo e inseguridad. El objetivo principal es que todos los seres humanos contemos con las bases necesarias para podernos desarrollar plenamente, sin restricciones ni reprimendas, conscientes de nuestra propia vida y nuestra propia muerte, y lograr construir una realidad óptima para el desarrollo de la humanidad.

EnsayoElba Quintero