Nunca pariré seres humanos

Mi útero no es fábrica. 
Mi útero es sangre
y dolor,
es ciclo y satélite
es mío y para mí.

Mi útero no es producción.
Mi útero es explosión
y expulsión,
es hormona intermitente
es mío y por mí.

Mi útero no es incubadora.
Mi útero es hueco –
ligeramente inclinado
a mi lado izquierdo –
y esponjoso,
es un feliz vacío
controlado por mí y para mí.

Nunca pariré seres humanos.
Pariré poemas
insultos engendrados por generaciones
voz que retumbará como coro
explosiones de consciencia
transformación ideológica desgarradora
flores que cantan sangre
cielo destilando constante dominación
planetas que se me pegan
tiempo que nos maltrata

Pariré batallas
tormento acumulado y podrido
exigencias mutilantes e invisibles
gritos rítmicos de latidos desterrados
cómodas ineptitudes ciegas del otro
exasperante adaptación violenta de la otra
condicionante irracional que mi sexo conlleva
expectativa cercenante de engranaje
como parte fundamental de la estructura opresora

Pariré el sentido del futuro
aspirando a darle dirección
a esta realidad confusa e indignante
que se establece sobre el sufrimiento de muchas
a quienes se les obliga a parir 
siendo madres sin quererlo 
atadas a un dogma viejo y descompuesto
que permea en tantos círculos
que nos obliga a ser
incubadora
producción
fábrica.

Ser mujer no es ser madre.
Ser madre no es ser mujer.

La maternidad no es para mí
ni es para todas.
La maternidad debe de ser
una elección
consciente
o no debe ser.

Escrito para el Círculo Literario de Mujeres en mayo del 2020.