El desaliento en mis huesos

Mayo, 2021

A pesar de que mis ojos están cerrados,
de que mi cuerpo está en la posición más cómoda posible,
la temperatura del cuarto es ideal,
el silencio nocturno pone orden,
y no entra luz por ningún lado;
la médula de mis huesos repele esta energía
agotadora, como
de patadas de ahogada.
Tenso mis muslos,
los músculos más grandes que me poseen,
esperando que absorban esa
electricidad
que huye violentamente del agobio.

Ya sabía
que revisar mi celular antes de dormir era
lo peor que podía hacer, pero
esta noche fue insoportable.
Se cayó el metro,
la policía mata gente en Colombia,
mi sobrina está enferma,
la transfobia fatiga al feminismo,
y la pandemia seguirá por
quién sabe cuánto tiempo más.

Una cosa es que la luz del celular
me espante el sueño, pero otra
es que el mundo arda frente a mis ojos
a través de esa pequeña pantalla.

¿Cómo voy a dormir ahora?
¿Cómo me distraigo de la realidad que
azota la conciencia humana?
¿Cómo me tranquilizo de esta
desesperanza que me da saber que,
si bien me va,
me quedan 40 años de vivir esto?
La vida sigue a pesar de la muerte, pero
¿qué hay de todo este tiempo que pasa una
recibiendo golpes de lejos?
Mi cuerpo está en completa armonía,
pero mi mente está en
todos lados
desde el mismo momento.

Necesito la inconsciencia que
sólo el sueño me puede dar, alguien
dígame cómo le hago
para alejarme de lo que me atormenta
de manera extraordinaria,
a pesar de no haberme pasado nunca.